Como lágrimas en la lluvia

Después de más de cinco años, el proyecto A casco puerro -nuestras hortelanas- se disuelve. No para desaparecer, sino para seguir transformándose. Como proyecto autogestionado, la vida de A casco puerro vive y crece ligada a la vida de las personas que lo componen y, como ellas, cambia, se muta, se transforma. Ayer Julio enviaba uno de sus correos-relato-recuerdo de lo que somos, de lo que fuimos y de lo que seguiremos siendo. 

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No sé cuantos de vosotros, aunque seguro que muy pocos quizás solo Carmen y yo,  recordáis haber visto el NO-DO (NOticiero-DOcumental, el mundo al alcance de los Españoles) antes del comienzo de las pelis en el cine ni, a Matias Prat – el padre del tipo del anuncio que amenaza con llamarte- con su peculiar timbre de voz, decir aquello de “Su Excelencia  el jefe del Estado ……” pero seguro que bastantes mas recordáis aquellas tardes de Junio o Julio de hace unos cinco años atrás en las gradas del casino de la reina cuando Hibridxs empezó a andar.

Estábamos unos cuantos de nosotros. Y  seguro que recordáis las discusiones en el bar ¿donde sino?  sobre donde aposentar nuestros reales, sobre el nombre del grupo, sobre nuestras líneas rojas y  demás aspectos que entonces nos parecían importantes y trascendentes. Seguro que también recordáis nuestro primer espacio en La Tabacalera, justo enfrente de la sala S21, y la pechada a limpiar, encalar y pintar que nos dimos. Seguro que también recordáis la discusión de las frutas: milhistorias vs cualquier otra posibilidad y como debido al enconamiento -ojo leer bien digo enconamiento- de  nuestras posiciones se decidió no tener fruta y como se decidió empezar solo con lo básico.

Pero seguro que no recordáis ninguna discusión respecto al grupo que debía proveernos de nuestra principal razón como grupo, las verduras, y si no la recordáis no es que porque os flaquee la memoria, si no porque no existió debate.

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Recuerdo aquella  primera reunión que tuvimos con Ruth y Andrea, recuerdo su pasión defendiendo aquel proyecto que al igual que el nuestro estaba naciendo, recuerdo como mientras ellas hablaban de responsabilidad, de sostenibilidad, de participación, de horizontalidad, de poner en valor conocimientos y prácticas, de recuperación de variedades desterradas de nuestra vida por el dios mercado y también claro de compromiso… Cruzábamos miradas entre nosotros, miradas cómplices que sin palabras venia a decir que habíamos encontrado justo lo que buscábamos, que deseábamos empezar con aquellas mujeres  nuestra aventura.

Recuerdo también que ellas se llamaban Acascopuerro, juego de palabras entre la vieja alocución castellana y una de las verduras que se comprometían a suministrarnos. Y si, recuerdo como decía anteriormente que no hubo debate, nuestras hortelanas ganaron por goleada. Recuerdo, joer esto ya no es aliteración sino simple falta de recursos estilísticos, nuestras primeras visitas a la huerta, multitudinarias, ansiosos de ayudar, de aprender, de crecer con ellas. Sabiendo que ellas éramos nosotros, que su triunfo era el nuestro y que su fracaso era el nuestro también, que nosotros como Hibryx no éramos nada sin ellas que nuestro futuro como grupo dependía del futuro de Acascopuerro.

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Y crecimos juntos, y los años pasaron, y como pasa entre todas las parejas la pasión se atempero, el ir a la huerta se convirtió en un problema en un incordio más que en una ocasión de disfrutar, dejamos de ver las asambleas como una oportunidad de compartir, de charlar, de intercambiar ideas, de un encuentro entre iguales, y lo que empezó siendo horizontal truco de alguna manera a vertical. Cambiaron las personas en los dos lados, se perdió cercanía y surgieron o se intuyeron relaciones de poder que no estaban invitadas. Pero pese a todo, creo que en el fondo de todos nosotros reconocíamos a la gente de Acascopuerro como nuestro complemento, como parte esencial de Hibryx. No podías, y esto es una opinión totalmente personal,  ser Hibryx sino te sentías parte de Acascopuerro. Si no sentías que ir a la huerta era una parte indisoluble de ser Hibryx, si no comprendías que Acascopuerro e Hibrys eran en el fondo lo mismo, dos hermanos siameses unidos por su columna vertebral, vale  lo admito soy fan de Cronenberg.

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Todo eso terminó ayer, una página de nuestra historia se cerró y un trozo de nuestra alma como grupo murió un poco. Ahora se abre otra historia quizás mejor, mas alegre, más participativa pero seguro que totalmente distinta. Pero aún así no puedo dejar de estar un poco triste.

Pero ya sabéis todo esto se perderá como lagrimas en la lluvia.

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